Hay días en que es bueno saber que hay calle, otras personas
deambulando y ver la versión del mundo de los diarios en internet. Hoy
no fue un día de esos. Fue más como entrar en mi micromundo y
recorrerlo. Hiberné hoy que cambió la hora y que fue un día más largo
que otros. Un día a momentos tan activo como cuando voy a la chamba pero
con movimiento concentrado en 8 metros cuadrados.
Entre estas paredes, hoy aprendí que la tierra tiene 4
mil 500 millones de años, hice mi propio experimento gustativo para
tratar de identificar algún rastro de diferencia entre los Froot Loops
de diferentes colores y conocí una caricatura nueva que le gusta a Arvo.
Desde aquí, supe del accidente de Luis Miguel Villa y recordé lo frágil
que es esta realidad.
Es domingo. Término con ganas de asomarme y
ver la luz del día, respirar el aire del jardín ("eso no es jardín, es
bosque", dice Tere). Ojalá los astros se acomoden para que mañana siga
teniendo esta oportunidad. Y que Luis Miguel se recupere.
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