Vengo a lavarme la cara con agua fresca. El descanso necesario son estas letras que se tejen a partir de la madeja que voy desenredando. Tejo una línea, una superficie. Tejo una hamaca y me meso antes de dormir. Así son estas palabras frescas como las tardes de hamaca bajo los árboles.
Le pido al agua que aclare las superficies y las ideas. Le pido a esta ventana que deje entrar algo del aire fresco que trata de asomarse. Respiro. Mis manos convocan al agua y al aire. Los demás elementos soy hoy.
Si esta noche fuera el castillo de mis sueños, aparecería ahora un camino enmarcado con hojas, un destino permanente, en la sombra, acolchado y con sábanas limpias. Mis ojos tienen fecha de caducidad pero no la conozco. Mi cuerpo también.