4.11.15

Escribir lo cotidiano. Día 9/100

Una buena parte del día laboral lo dedico a papeles. Algunos de ellos representan una acción tangible, otros son pases para hacer algo. Hay entre ellos redacciones para difundir, distribución del recurso para hacerlo, avisos de que algo sí, avisos de que algo no. Papeles que a veces se convierten en puentes hacia lo real. Muchos, nunca llegarán a eso y serán loops de papel bond membretado que penarán por la eternidad oficinesca.
Para qué dedicar algo tan valioso como el tiempo en ello? A veces tengo respuestas. Otras, silencio. O desesperación. Sobrevivir la esperanza entre tanto papel es vivir buscando el punto blanco en la hoja negra, o morir. A veces el punto blanco desaparece y el aire se va por largos instantes. Reaparece cuando tienen un por qué tangible tantas resmas.
Es importante agregar aquí mi afán por registrar: por escrito, en foto. En estos días a través de mi hija Ámbar he recordado ese sentimiento de querer ir a la escuela, de desear tener cuadernos y hacer dibujos-letras en ellos. Tal vez mi gusto por los papeles se remonta a entonces. Me gustan los papeles, mas no el uso altamente burocrático que puede hacerse de ellos.
Lo más triste del asunto es que los papeles asesinos están permeando a la mayoría de las personas: haga su declaración de impuestos, la anual, no la mensual; envíe la solicitud con foto; saque el permiso pero su primera hazaña -nivel de peligro como El Gran Juego de la Oca- será investigar la totalidad de requisitos; decir las cosas por escrito a un personaje fantasma al que tal vez nunca se le verá la cara, aun para realizar transacciones comerciales o hasta para encontrar el amor online.
Es difícil ver lo elogiable en todo esto. Al nadar en la tormenta el nadador aprende. Los ojos que buscan lo blanco de la hoja pueden tener una respuesta. Tal vez consiste en el aferre de creer en casi-imposibles y en lo que nos convertimos después de ello, si no mueres en el intento. Me doy por bien servida por desarrollar la capacidad de distinguir cuando todavía vale la pena dar la batalla. No pido nada jeje.

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