Buscarle títulos a la noche se ha convertido en mi tema de escritura.
Soy literal cada vez frente a la pantalla y escribo tristeza con los pulgares.
Literatura no se hace en aparatos sostenidos con dedos en postura de gancho.
Solo verdades pueden escribirse las 1:01 horas, parece.
El silencio que lo aclara. El silencio telón de fondo. El silencio ranura de luz atrapada.
No sé qué título le pondría. Esta noche de finales. De principios paralelos.
Buscarle títulos. Podría llamarse la risa que parece burla.
Podría llamarse escena no sucedida. Podría llamarse en mi silla, sin vino.
Nostalgia. Envidia. Algo cercano a eso.
Podría llamarse sorpresa. El privilegio de encontrar el abismo y asomarse.
Quiero saber que las noches tienen fondo. Tal vez es solo eso.
Y esta que me revolotea el estómago y el alma o algo cercano a ella.
Es como encontrarse la costilla y sentirla porque está rota. Supongo.
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