Ver el mundo por primera vez. Enfocarlo,
ponderarlo. Darle un sonido, una palabra. Poco a poco distinguir una
cosa de otra. Y seguir aproximándose cada día. Nombrar e ir nutriendo
los significados para que crezcan con el tiempo. "Sabes cual es la casa
de las estrellas?", pregunta Arvo. Se despierta en la mañana y dice que
todos los días se quiere poner un traje
de isla. Luego al instante se ríe y se va corriendo para que no le haga
cosquillas. Ámbar observa y dice Arvo más veces al día que cualquier
otra palabra. Dulce y decidida me enseña todos los días la claridad de
cuando se quiere algo sin medida. Quiero que me alcance la vida para
abarcarlos, olerlos y abrazarles el alma. Compañeritos de vida. Mis
grandes maestros chaparritos.
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