12.6.24

Ritual

Meditar cinco minutos y luego otros cinco.
Día de entregas en visualizaciones en los círculos de lectura.
Día de liberaciones colectivas e internas. 
Corte de cabello necesario desde hace tiempo.
Respirar profundo. Volver a respirar y detenerme.
Regresar y volver a jalar hacia mí al león que se adelanta.
Respirar y visualizar.
Muchos verbos para un solo día.
No demasiados. Solo los justos. <3

11.6.24

Explicar fue el verbo más cercano

A esta niña de 14 años se le sale el corazón. Esta niña no encuentra territorio en esta habitación. Ni palabra te de hierbabuena que mitigue el hueco. Esta niña no sabe acomodar este tramo. (Se) esconde entre palabras y hojas sueltas. Busca. Buscar se convierte en la vía, en la promesa. Explicar con palabras de este mundo, lee en un libro. Explicar con palabras de este mundo se vuelve la meta.

*

Nota mental: hoy es el día en el que sucede la vida.  Hoy lancé dije: que tengas salud para disfrutar la vida y no solo para sobrevivir. Lo dije de corazón y eso creo que me sanó algo dentro. Eso también deseo para mí. 

Me doy cuenta que esta vez me toca aventarme el bosque a pie. Aquí vamos, con todo y mochila de niña exploradora. Con todo y todo, esta vez sin evadir ni posponer ni maquillar ni buscar salidas. ¿Es posible? No lo sé por experiencia pero sí por claridad y fe. Veo el resultado. No tengo idea de cómo llegar a ello. Veo el resultado. Siento un hoyo en el estómago. ¿Qué podría pasar si ahora estoy conmigo? ¿Qué gran monstruo podría asomarse si aquí estoy con mi camino de post-its entre las ramas? Los tigres no comen papel, ni las serpientes, hasta donde sé. 

*

Por otro lado, veo desde fuera y me doy cuenta qué función estaba haciendo. Esa mirada era una barda invisible protectora. O al menos así se sentía. Una barda invisible y cara, porque significaba una vida en stand by y todo lo que eso arrastra. Mi libertad interior era lo que buscaba. Mi libertad interior. Y ahora encuentro en mi cajón una ficha con dos caras y el espacio para una llave. Paso a paso.

 

10.6.24

Brechas

El camino a ser quien soy a veces se siente largo. 

La búsqueda se ha convertido en un descarte: por tramos, lo que no soy es más claro.

He sido la campesina que, machete en mano, abre brecha en la espesura. He sido la respiración entrecortada la decisión completa la mirada fija entre las ramas asoleadas. Soltadora de ramas. Rompedora de ramas. Caminadora sobre ramas.

El arte de descartar a veces es doloroso. Dan ganas de entretenerse en alguno de los pasos más tiempo de lo debido. El reloj interno marca los pasos y es claro en su tic tac.

Paty 2004 sabe de desvíos de camino. Lo digo sin arrepentimiento ni pena. Sí con nostalgia. Sí con curiosidad arqueológica desde el futuro. Lo digo sabiendo que los desvíos no están fuera del guion, que son parte indispensable.

El arte de seguir adelante y dejar abiertas las posibilidades evaluadas previamente. El arte de ser congruente con las nuevas búsquedas, de saber que el "no es aquí" es claro. El arte del abismo, podría llamarse. O del vacío. El arte de permanecer, de amanecer inmutable y con confianza, de seguir escribiendo pase lo que pase.

Mi humanización de la fe y la confianza se llama verbo escribir. Y aquí estoy, abriendo brecha y encontrando nuevas formas de respirar: no entrecortada. La mirada fija la pone la voluntad, no mis ojos. Encontrar formas de ser natural, ser quien soy aquí y allá. Eso es la vida. Encontrar la forma de ser en medio de brechas anecdóticas diversas.