Reinicio del 2016 en mayo. La prisa se llevó mi agenda-cerebro,
citas, planes escritos, a alguna parte del mundo. Supongo que recuerdo
sólo lo importante, que ahora me acompaña a un nuevo cuaderno en blanco.
El terror de perder mi agenda se transformó en resignación y en
aceptación. Sigo sintiendo que algo me falta, que tal vez algo de lo que
olvidé escrito allá nunca volveré a recordarlo. Después del susto, no
suena tan mal.
Buen re-inicio (forzado pero necesario) del 2016. Si
había quedado en algo con alguien, les pido me lo recuerden para
apuntarlo en este nuevo espacio.
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