Dicen que son dieciocho incendios
incontrolables hacia el sur. Llevan paredes
a quince kilómetros por hora.
Desde aquí me dan envidia esas llamas
torres tan altas como senderos que se esfuman
bosque rojo de madera agitada en crujidos.
AP muestra un bombero a seis columnas.
Superó el fuego sin extinguirlo.
No tiene miedo, dice la portada.
Desde mi casa veo escenas que respiro en humo
salgo al patio a ver retratos y mascotas
a imaginar historias en la ceniza de los carros
en las banquetas que nadie transita.
Hay estado de alerta y menos voces
casi nadie habla sobre el cubrebocas
(tal vez nos hablamos a nosotros mismos).
Desde aquí es un incendio imaginado
con efectos especiales
un motivo para preguntar región o formato de la imagen
para provocarse un calor indefinido
para sentirse cenicero o recibir una llamada a medianoche.
Duelen las articulaciones mientras duermo.
Si el viento lo dobla, es que es fuerte
sobrevivirá el asombro y la caída.
San Diego arde mientras escribo.
[Poema del libro Ciudad A (Tierra Adentro, 2012), de Paty Blake]
No hay comentarios.:
Publicar un comentario