29.7.14

Incendios

Dicen que son dieciocho incendios
incontrolables hacia el sur. Llevan paredes
a quince kilómetros por hora.

Desde aquí me dan envidia esas llamas
torres tan altas como senderos que se esfuman
bosque rojo de madera agitada en crujidos.

AP muestra un bombero a seis columnas.
Superó el fuego sin extinguirlo.
No tiene miedo, dice la portada.

Desde mi casa veo escenas que respiro en humo
salgo al patio a ver retratos y mascotas
a imaginar historias en la ceniza de los carros
en las banquetas que nadie transita.
Hay estado de alerta y menos voces
casi nadie habla sobre el cubrebocas
(tal vez nos hablamos a nosotros mismos).

Desde aquí es un incendio imaginado
con efectos especiales
un motivo para preguntar región o formato de la imagen
para provocarse un calor indefinido
para sentirse cenicero o recibir una llamada a medianoche.

Duelen las articulaciones mientras duermo.
Si el viento lo dobla, es que es fuerte
sobrevivirá el asombro y la caída.
San Diego arde mientras escribo.


[Poema del libro Ciudad A (Tierra Adentro, 2012), de Paty Blake]

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