16.6.11

a veces

a veces por ello acelero, hago una lista o me levanto en la mañana. riego la planta terca que cuelga afuera de mi casa. me rio de los mismos chistes cada noche al ver seinfeld, como lo hacía hace 28 años al hojear periquita, descifrando los globos de comic.

por eso cada miércoles y jueves soy la escuchadora atenta. un sábado al mes soy la estudiosa del cuerpo. por eso todos los días me pregunto. todo para darle sentido a estas mis horas.
a veces no sé cómo nombrarlo y lo busco, como hoy, deseando que leonora tenga algo qué decirme sobre esta prisa acomodada en mi cuerpo, instalada ampliamente dueña de mis collares.

yo también soñé un león y un toro en el vestíbulo de su cuarto, un laberinto en mi casa blanca, un jardín extenso y tranquilo. ahí vivo ahora. y en esta pausa busco la pregunta de tanta respuesta atropellada. palimpsesto de respuestas. con la pregunta innombrada.
un pájaro sobre un alambre en un puente de concreto.

vuela. ¿a dónde va?
desde aquí no lo sabré,
querida leonora,
y no sé desde dónde sí.

cómo es posible que reduzcas tu vida a unas astillas talladas cuando todos te están esperando afuera? - te preguntan.
el estacionamiento de un aeropuerto
no es el mejor lugar para contestarlo.
pero ahora es el único.

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