1.12.16

Escribir lo cotidiano. Día 39/100

Me preguntaba cómo tener tiempo para escribir. Como si el tiempo fuera algo que llegara de repente, tal vez en un paquete de regalo o como una aparición sobrenatural. Ese tiempo que me regalaron cuando nací. Ya está en mis manos desde que empecé a distinguir colores, balbucear y aprender todas las cosas que uno aprende cuando llega a este mundo.
Tiempo para escribir. Nadie va a llegar a darme algo mío que no tiene.
Desde el piso 18 libero mis ojos sobre este pedacito de Guadalajara. Me imagino las historias que habitan dentro de los carros, en las banquetas, detrás de las paredes, debajo de los techos. Tal vez alguien ahora mismo se asoma a su ventana en otra parte y siente esto mismo en el estómago y pecho. Y se da cuenta que la escritura también lo habita.

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