Una mariposa-ofrenda apareció hoy dentro
de la cabaña. Bastet dejó una muestra de agradecimiento que aleteaba con
dificultad todavía. Me siguen sorprendiendo los regalos que Bastet nos
ha dejado a lo largo de los años: ha habido ratones, lagartijas, pájaros
y plumas desparramadas. Al principio, yo que no era una persona de
gatos, me asustaba. Ahora me sorprende
el instinto que tiene para equilibrar. A un gato difícilmente le puedes
deber algo, ni él te deberá nada. Se encarga de ser hermosamente
afectivo y de ser también tan independiente que te hace saber que sin ti
estará perfectamente bien. No conozco otro ser que le sea tan natural
el dar y el recibir, como si de respirar se tratara. He leído que ese es
un gran secreto de las buenas relaciones. Y Bastet tiene mucho qué
enseñarme de ellas.
Hoy, la primera reacción de Arvo al ver la
mariposa fue decirme que si le podía dar un beso, mientras veía que
aleteaba un poco. Le dije que sí, pero que se lo diera volador. Luego me
dijo que si la podía curar tocándola. Le dije que sí, y la tocó. Ámbar
también le dio un beso. Le tomé la foto. Luego la dejamos en el jardín.
Creo que Bastet, Arvo y Ámbar saben de ese ciclo equilibrado que es
como inhalar y exhalar. Yo sólo leo sobre ello y los observo como
iluminados, preguntándome cómo es que estos tres saben tantas cosas de
forma tan natural. A tientas, busco aprender lo más que pueda. En mi
ilusión, quiero colaborar para que conserven esa sabiduría. Desde mi
ignorancia, trato de aprender de los destellos, apurar el paso para,
según yo, tener elementos para guiar a estas A mayúsculas. Era una
mariposa, pero también era todo esto. Pensé en lo que doy y lo que
recibo, en lo que agradezco. Todo esto sucedió en solo un momento.
Luego, seguí haciéndoles desayuno.
Soy Paty Blake: habitante de letras y árboles; del tiempo y los no-lugares. Escritora, terapeuta gestalt y promotora de lectura. Bloguera (aferrada) desde 2002. Este árbol es de letras escritas en Tijuana, México.
31.10.15
30.10.15
Escribir lo cotidiano. Día 4/100
Acostumbrada
a ver más claro por retrovisor, indago estar aquí. Difícil ejercicio
para quien hasta le ha sacado provecho literal a la memoria. Escribir
es también tomar una caña de pescar imágenes. Me gusta hacerlo. Pero eso
tampoco es estar aquí, aunque puede llegar a leerse bonito.
No sé estar sin hacer. O sin pensar en hacer. Gran parte de mí, hasta ahora, se ha definido por eso. No soy lo que hago, ni lo que quiero hacer. Me gustaría ser escritora en todo el concepto que tengo de esa palabra, pero eso también es un hacer.
En medio del tráfico pienso en eso. Los árboles son también palabras y pensamientos. Supongo que ellos no tienen una lista de pendientes en la bolsa. Y sólo son, en toda la extensión de lo que imagino se podría ser.
No sé estar sin hacer. O sin pensar en hacer. Gran parte de mí, hasta ahora, se ha definido por eso. No soy lo que hago, ni lo que quiero hacer. Me gustaría ser escritora en todo el concepto que tengo de esa palabra, pero eso también es un hacer.
En medio del tráfico pienso en eso. Los árboles son también palabras y pensamientos. Supongo que ellos no tienen una lista de pendientes en la bolsa. Y sólo son, en toda la extensión de lo que imagino se podría ser.
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29.10.15
Escribir lo cotidiano. Día 3/100
Ver el mundo por primera vez. Enfocarlo,
ponderarlo. Darle un sonido, una palabra. Poco a poco distinguir una
cosa de otra. Y seguir aproximándose cada día. Nombrar e ir nutriendo
los significados para que crezcan con el tiempo. "Sabes cual es la casa
de las estrellas?", pregunta Arvo. Se despierta en la mañana y dice que
todos los días se quiere poner un traje
de isla. Luego al instante se ríe y se va corriendo para que no le haga
cosquillas. Ámbar observa y dice Arvo más veces al día que cualquier
otra palabra. Dulce y decidida me enseña todos los días la claridad de
cuando se quiere algo sin medida. Quiero que me alcance la vida para
abarcarlos, olerlos y abrazarles el alma. Compañeritos de vida. Mis
grandes maestros chaparritos.
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28.10.15
Escribir lo cotidiano. Día 2/100
Celebrar
el tiempo y contarlo. Darle un número al ciclo, como si fuera posible
asirlo. Efímero, mientras tanto, sucede. Mientras hacemos recuentos y
planeamos. Frente a las velas de mi amiga, respiro. Que la vida nos deje
compartir muchos días como este.
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27.10.15
Escribir lo cotidiano. Día 1/100
De
alguna parte viene la energía. Me gusta pensar que a todos nos viene de
algún lugar que puede ser ubicado en un mapa. Un lugar que podría
cambiar de ubicación en Google Maps, pero que va formando un
tejido-historia a lo largo-ancho de la vida. Me gusta pensarlo como un
árbol. Y los árboles hay que regarlos.
Este "Escribir lo cotidiano"es una forma de abonar, tal vez. Todo jardinero es un investigador a la vez. Aquí vamos.
#the100dayproject
#100daysofwriting
Gracias, Carolina Chavate
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2.10.15
asideros
Busqué y encontré. Se me fueron las palabras que iba a poner aquí. Como si fuera el aire. (Qué bonito que las palabras habladas existen gracias al aire.) Lo casi único bueno de todo es un gran poema que descubrí, entre tanta cosa. Salud por los asideros derrumbados. Buena vida.
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