7.7.15

Libro

Entre todo esto, le sigo la pista a mi libro. A las hojas sueltas que imagino que ya son un libro. Le sigo la pista a la estructura, descifro la forma y el discurso. Agregar. Tachar. Subrayar. Circular. Qué es un libro, para qué sirve, para quién es. Un libro es un mapa. Es una carta. Es un post-it. Un despertador. Todo al mismo tiempo.
La semana antepasada armé una versión de mi libro especialmente para que una de mis poetas favoritas lo leyera. Tal vez nunca sabré si lo leyó, pero supondré que sí. No vaya a ser que se me vaya antes de conocerla, como sucedió con Szymborska. 
Un libro también es una carta. Un libro también es una carta sin remitente. Esta va dirigida a todos los osos polares del mundo. La otra se me queda pendiente.
Por cierto, también me gustan los aeropuertos.