3.10.14

Tiempo

Veo que ha llegado ese tiempo que imaginé que sería posible. Desde este escritorio escribo, me quejo y resuelvo otras cosas. Ya no pienso todos los días en carreteras llovidas; la lluvia está aquí en mi día a día. Ya no quisiera que las cosas fueran diferentes; regresé a elegir y no cambiaría nada. Ya no me viaja el corazón a otros caminos paralelos. Día a día busco que mi corazón me acompañe y si vamos a otros caminos, vamos juntos. En este camino de compañía y bendiciones.
Le puse ojos a mi corazón y le pido cada día que me ayude a respirar este presente. No es el de las cajas viajeras, sino el de la vida-viaje.
Cosa rara, lo único que guardaría son los textos. Los discutiría, los armaría nuevamente al infinito. Una llamada anónima al Fonca, unas horas de convencimiento. ¿Cuántos buenos libros andarán por ahí errantes, fuera de las páginas? Yo sé de por lo menos dos. Porque hay uno mío en ese caso.

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